Siempre que me siento extremadamente abrumado o cansado por mis pensamientos, recuerdo la frase de un filósofo contemporáneo llamado Alan Watts, que dice:
“Si yo pienso todo el tiempo, es decir, si me hablo a mi mismo todo el tiempo. No tengo nada que pensar excepto mis pensamientos y por lo tanto estoy viviendo exclusivamente en el mundo de los símbolos.”
– Alan Watts
Ok.
Suena muy filosófico, lo entiendo, pero a lo que me refiero es lo siguiente:
Llega un punto en mi día, si estoy teniendo un mal día con mis pensamientos, que solo pienso en mis pensamientos.
No estoy en la computadora, no estoy en el celular, no estoy leyendo o escuchando música o viendo videos, solo estoy con mis pensamientos.
Y con pensamiento como:
“¿Lo habré hecho bien?”
“Seguro opinó que…”
“Estoy realmente molesto porque…”
Una y otra vez.
Y lo peor es que luego justifico el estar en el mundo de mis pensamientos, o como dice Alan Watts, en el “mundo de los símbolos”.
¿Por qué?
Porque no voy a reconocer con facilidad que me estoy perdiendo en mis propios pensamientos.
Entonces, cuando llega ese pico, recuerdo esa frase. Y pienso:
”No estoy viviendo… estoy en el mundo de los símbolos.”
Lo que representa para mí (no tiene que resonar contigo), es que el mundo en el que me estoy perdiendo es un mundo falso, muy falso e irreal. Y no quiere decir que esté mal pensar o estar en ese mundo. Simplemente ya no estoy experimentando el mundo real.
El mundo real es donde suceden las interacciones, en donde escuchas las vibraciones y el tecleado de una máquina. Donde te dicen que te quieren, donde escuchas el sonido del tráfico o de los pájaros. Es donde suceden todas las cosas de tu vida. Y el estar en mi “mundo de símbolos” me quita la experiencia de esta vida.
Esa frase me da tranquilidad y me regresa a la realidad inmediata. Me ayuda a recordar la importancia de aclarar mi mente.
Supongo que es como una alarma que me está diciendo, “ya te pasaste de tiempo en el mundo de los símbolos, es hora de hacer otra cosa”. Como un recordatorio interno que me ayuda a volver a regular mi mente y mi realidad.
Cuando me acuerdo de ella, dejo lo que estoy haciendo. Cierro todo lo electrónico por 20-30 minutos. Y alejo de mi mente cosas del trabajo o cosas “importantes” de la vida y hago algo que aclare mi mente. Algo que no me haga pensar.
En lo personal, lo que más me ayuda es bañarme. Cuando me baño estoy en un momento de pausa, de completa soledad, excepto por el sonido del agua saliendo de la regadera. En esos momentos intento hacer meditación o alguna actividad que me deje claro que mis pensamientos están en mis manos y que estoy viviendo en el mundo de la realidad.
Creo que comparto esta frase porque me gustaría decirle a la gente que hay momentos en los que nos pasamos demasiado tiempo en el “mundo de los símbolos”, en el mundo irreal de nuestra mente. Y vuelvo a decirlo, no está mal explorar ese mundo, sin embargo, si no tenemos cuidado, lo invertimos y podemos llegar a creer que ese es el mundo real. Cuando no lo es.
Somos la única especie (que yo llego a entender) que puede utilizar su mente para predecir o proyectar el futuro. Gran habilidad para crecer, pero hoy en día la sobre explotamos. Y ahora todo es importante proyectar y ver y entender y evaluar.
Es abrumador.
Lo que te invito es intentar recordar esta frase cuando pases mucho tiempo en, sobre, entre y/o con tus pensamientos. Como Alan Watts, regresemos a tocar base o tierra con nuestra realidad, el lugar donde realmente podemos experimentar nuestras vidas.
Respira hondo y regresa.